Como reciclar los juguetes después de Navidad

Con la llegada de la Navidad, no solo se desatan las buenas intenciones y los buenos deseos, sino también la ilusión de dar y recibir esos regalos que marca la tradición. Especialmente, los niños, que ansían ese momento mágico de la llegada de los juguetes con los que tanto tiempo llevan soñando. Pero, ya sea porque escasea el espacio en los hogares, o porque todo se envejece y estropea, necesariamente lo viejo debe dejar su sitio a lo más reciente y muchas de esas cosas de las que nos debemos deshacer acaban cada año agrupadas caóticamente alrededor de los contenedores de basura. Eso es algo que debemos evitar, por nuestro bien y por el de todos los demás y sería conveniente que fuéramos anotando cómo tenemos que reciclar todos esos objetos, como el primero de nuestros buenos propósitos para el próximo año.Sin duda, los juguetes son la gran estrella de las Navidades y también se convierten en los objetos de los que más le cuesta a uno deshacerse. La imagen de esos compañeros de juegos y confidentes de los niños arrojados a la basura es una de las más terribles que puede soportar nuestra alma infantil encerrada en un cuerpo de adulto. Pero, la realidad es que nueve de cada diez juguetes terminan en el vertedero, aunque muchos de ellos contengan materiales altamente contaminantes.

Una buena opción es la de pensar en el reciclaje solidario. Tal vez tengamos niños cercanos, familiares, vecinos tal vez, que no hagan ascos a esos juguetes con los que nuestros hijos han dejado de jugar. Si no es así, nos cabe la posibilidad de donarlos a una de las muchas asociaciones y ONG que los recogen, porque a veces olvidamos que esos juguetes todavía pueden seguir haciendo felices a muchos niños que no han podido conseguirlos.

Si esa solución no es posible y solo cabe prescindir de ellos, hay que tener en cuenta que los juguetes están fabricados con una diversidad de materiales difíciles de reciclar y, desde luego, no debemos depositarlos en los contenedores de la basura común. No parece tan complicado resolver la cuestión si hablamos de peluches; depositarlos en un contenedor de recogida de ropa podría darles una nueva oportunidad “profesional”. Incluso si la entidad a quien corresponde el contenedor se dedica a la venta de objetos de segunda mano, también sería una buena salida para ese osito o elefante.

Más cuidado hay que tener con los juguetes de plástico, porque, aunque lo parezca, no deben tirarse al contenedor amarillo de plásticos. Lo mismo sucede con los cartones plastificados y con las cajas de juguetes que aún mantengan corcho o bolsas de plástico: no deben depositarse en los contenedores de color azul.

Pero, además, tenemos que tener en cuenta que en los últimos años el mundo del juguete ha experimentado una enorme transformación por la introducción de las últimas tecnologías.

Los componentes de estos juegos han hecho que aumenten los peligros para el medio ambiente del vertido descontrolado de muchos de sus componentes, como son el cadmio, el mercurio o el plomo, por no hablar de las pilas o baterías en las que se basa su funcionamiento. Por ejemplo, algunos juguetes electrónicos rotos que deberían ser reciclados son: consolas de videojuegos, libros parlantes, juguetes con melodías o muñecas que hablan o tienen luz.Por eso, la mejor solución para deshacerse de la mayor parte de los juguetes sería llevarlos a un punto limpio. Éstos son centros de recogida selectiva de diversos residuos domésticos, instalaciones de carácter generalmente público. El ciudadano participa activamente en la separación de los residuos, porque, aunque son gratuitos, debe ser el propio usuario el que se desplace hasta allí.

Pero, igual que no todos los regalos consisten en juguetes, no solo de ellos hablamos cuando se maneja la opción de deshacernos de lo que no queremos mediante su transporte a un punto limpio. Por ejemplo, ése debe ser el destino inequívoco de todos los aparatos electrónicos, cada vez más numerosos y sofisticados en nuestras vidas, ya sean electrodomésticos, equipos informáticos y de comunicaciones o cualquier otro. Porque, según los expertos suponen un peligro abandonados de cualquier manera, al tener residuos muy contaminantes y porque el resto de elementos se pueden extraer para fabricar nuevos productos, ahorrándose dinero.

Cierto es que, normalmente, de los aparatos electrónicos o electrodomésticos de mayor volumen se suele hacer cargo el establecimiento donde se adquiere el nuevo, que lo redirige al punto limpio en lugar del usuario. Lo mismo podría decirse de los muebles, por su gran tamaño y peso. No obstante, de no ser así por cualquier circunstancia, hay que recordar que el punto limpio debe ser también el destino del mobiliario que se deja de utilizar en casa, aunque algunos, en ocasiones, parezcan “olvidar” que de esos residuos no debe hacerse cargo el servicio de recogida de basuras urbanas.

Aún nos queda otra opción que se dirige más hacia nuestra conciencia solidaria. Se trata de donar esos juguetes u objetos de toda clase de los que, aún encontrándose en un estado razonable, decidimos prescindir, a asociaciones y empresas que, después de darles un repaso, venderán esos artículos en mercados de segunda mano. Si no estamos muy conformes con que alguien obtenga beneficios de nuestros antiguos cacharros, podemos asegurarnos de que se trate de que esos beneficios obtenidos se destinen a una causa social. Un buen lugar para informarnos sobre esa posibilidad es la Asociación Española de Recuperadores de Economía Social y Solidaria (AERESS), una ONG formada por más de 60 entidades especializadas en la inserción socio-laboral de personas en situación de exclusión social, que se encarga de la recogida, preparación para la reutilización y venta de los productos que recoge.

Si lo que quieres es reciclar tu móvil viejo, recuerda que en Privilegios en Compras puedes hacerlo desde TopDollarMobile. Para todo lo demás no dudes en ponerte en contacto con tu ayuntamiento o las ONG´s ya mencionadas.

 

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