Ahora que estamos seguros de que estás contando las horas para poder disfrutar de tus vacaciones y dedicar tu tiempo libre a conseguir tu bronceado soñado, recuerda la importancia de ofrecer a tu piel la protección que realmente necesita frente a la radiación solar.
El hecho de que te apasione tomar el sol no tiene por qué estar reñido, en modo alguno, con realizar esta práctica de una forma saludable, aplicando periódicamente a tu piel una protección solar ajustada al 100% a tus características dermatológicas.
Por eso, desde Privilegios en Compras hoy queremos resolver tus posibles dudas en relación a este aspecto. Conoce con nosotros qué elementos es conveniente que tengas en cuenta para elegir la mejor protección solar para tu piel, con el fin de evitar posibles sorpresas desagradables en tus primeros días de disfrute vacacional.
¿Qué debes tener en cuenta para elegir la protección solar que tu piel necesita?
Como muy probablemente sabrás, no se puede hablar, de forma genérica, de un protector solar perfecto y recomendable para cualquier persona.
A la hora de extremar el cuidado de tu piel frente a la radiación solar será necesario que tengas en cuenta una serie de consejos antes de elegir tu protector solar. Desde Privilegios en Compras te recomendamos que, en todo momento, prestes atención a los siguientes elementos básicos:
- En primer lugar, y como no podría ser de otra manera, lo más importante es que ajustes el nivel de protección solar a aplicarte al fototipo de tu piel, sobre todo si esta se caracteriza por contar con unos niveles de melanina especialmente bajos.
- En relación al punto anterior, aunque tengas una alta predisposición a broncearte sin que esto suponga la aparición de las temidas quemaduras, opta preferiblemente por utilizar una protección solar alta, 40 o 50, durante tus primeros días de exposición al sol, y muy especialmente en aquellas zonas más delicadas y sensibles, como tu piel facial.
- Más allá de estos consejos, asegúrate siempre de que la protección solar elegida sea útil tanto para los rayos UV-A como para los UV-B. Los primeros son los responsables del envejecimiento prematuro de la piel, mientras que los UV-B son los que provocan el enrojecimiento de la piel y la posible aparición de melanomas.
- Otro aspecto a tener en cuenta reside en priorizar los protectores solares con filtros físicos o minerales frente a los que cuentan con filtros químicos, ya que al ser más fotoestables garantizan una protección más prolongada y segura. Los más recomendables en este sentido son los que cuentan con óxido de zinc no nano en la información de la composición aportada por el fabricante, debido a que, además de actuar como protección física a la radiación solar, el tamaño de sus partículas evita, de forma natural, la absorción dérmica de estos minerales, como si ocurriría en el caso de estar compuesto por partículas de menor tamaño o nanopartículas.
- Asimismo, también es conveniente que prestes atención a la presencia de filtros biológicos en tu protector solar. Estos filtros, basados en antioxidantes naturales, no ejercen una protección directa frente a la radiación solar, sino que ayudan a tu sistema inmunológico a evitar los daños celulares y la formación de radicales libres.
- Del mismo modo, y para finalizar, lo ideal es que optes por protectores solares resistentes al agua. Ten en cuenta que, aunque no tengas pensado bañarte durante tu exposición al sol, tu sudoración puede provocar deficiencias en la absorción natural de aquellos que no cuentan con este elemento diferencial.