A la hora de planificar un viaje, la posibilidad de disfrutar de aguas cristalinas y paisajes naturales siempre destaca como la primera opción. Habitualmente, la apuesta más segura son las playas, obviando que existen otras alternativas desconocidas que tienen un encanto inigualable, como las piscinas naturales.
En lugar de la playa, ¿Por qué no planificar unas vacaciones para visitar una piscina natural?
La primera opción se encuentra en la provincia turca de Denizli.
Situada en el suroeste del país otomano, a esta construcción geológica se le conoce comúnmente como «Castillo de Algodón», Pamukkale en turco. El gran encanto de estas piscinas naturales radica en la composición geológica de la montaña donde se ubican. Conocidas desde la antigua Grecia por sus aguas termales, su formación se debe a distintos fenómenos sismológicos y a la alta concentración de cuarcita, carbonato cálcico y mármoles.
Una montaña de color blanco, con rocas de formas esponjosas y blanquecinas. Su distribución en terrazas es bastante atractiva, creando una visión apacible muy valorada por lo turistas. Las piscinas de Pamukkale están declaradas como Patrimonio de la Humanidad, por lo que no es posible, darse un baño en las piscinas naturales. Los turistas que lo deseen pueden acceder a las aguas termales en las zonas habilitadas, en la parte superior de la montaña. Hay que destacar la importante oferta hotelera que se ha desarrollado en las proximidades de Pamukkale. Una combinación de comodidad y paisajes naturales para los turistas que lo deseen.
La recomendación para los amantes de las sensaciones más fuertes es la piscina del Diablo, situada en las Cataratas Victoria en Zambia.
¿Quién podría resistirse a darse un chapuzón en el borde de un acantilado de más de 100 metros? Una oportunidad única en la vida, que algunas turistas no desaprovechan. Desde esta piscina se puede contemplar todo el caudal de la catarata Victoria y un espectacular arcoiris. Zambia no tiene una oferta alojativa tan importante como otros destinos. Por este motivo, visitar esta piscina natural se convierte en toda una aventura.
Esta piscina se forma durante la temporada seca. La ausencia de lluvias estabiliza el caudal, permitiendo que las personas puedan bañarse con total tranquilidad en sus aguas estancadas, durante los meses de septiembre a diciembre. Abierta al público desde principios del siglo XX, 300.000 turistas se acercan a este paraje natural único para disfrutar de sus vistas.
Que Islandia tiene un gran atractivo paisajístico es una afirmación poco cuestionable. Por este motivo, no puede faltar a esta cita con las piscinas naturales más famosas del mundo su Lago Azul o Blue Lagoon.
Se trata de un spa y balneario geotermal que combina todas las comodidades que buscan los turistas con un paisaje acogedor y tranquilo. Con una temperatura media de 40ºC, sus aguas termales destacan por sus propiedades curativas, gracias a sus aguas ricas en azufre y silicio. En funcionamiento desde la década de los 70, otro de los grandes atractivos de la Laguna Azul es su fácil acceso.
A escasos 15 kilómetros del Aeropuerto más importante de Islandia y a 40 kilómetros de su capital, Reykjavík. Un destino de origen volcánico que le permite a los turistas disfrutar de aguas termales, restaurantes de tendencias o tratamientos de bellezas en un mismo espacio.
Estas piscinas naturales también pueden ser de agua de mar. Un claro ejemplo se encuentra en la isla griega de Thassos, donde se ubica la Laguna Giola.
Gracias al terreno abrupto, a los acantilados y a las formaciones rocosas de la costa e islas de Grecia se ha formado esta laguna. Aunque no es un destino turístico de masas, poco a poco, y gracias a su extraordinaria belleza, muchos turistas y visitantes se acercan cada año a esta piscina natural para darse un baño en uno de las postales más hermosas del mundo. Cuando sube la marea, la laguna se inunda de agua de mar, por lo que es interesante, acudir con la marea baja. Aunque la isla de Thassos no es un destino turístico demasiado importante en Grecia, los turistas pueden alojarse en la población de Astris, muy cercana a esta piscina natural. La mejor manera de acceder a Giola es caminando, ya que no tiene ninguna vía asfaltada que llegue hasta las inmediaciones de la Laguna. Sin duda alguna, el agua turquesa de esta piscina natural es un broche de oro a una caminata.
Uno de los accidentes geológicos más importante del planeta es el Gran Cañon del Colorado, en Estados Unidos.
Un Parque Nacional con unas inigualables vistas que esconden una de las piscinas naturales más conocidas del mundo. Las cataratas Havasu se encuentran en el estado de Arizona. Con una altura de 37 metros, el agua cae a una laguna de aguas claras y limpias, ricas en minerales y carbonato cálcico. Un paisaje que ofrece un contraste de colores que varía desde el turquesa hasta los tonos más rojizos. Llegar a estas Carataras requiere de tiempo, pero vale la pena disfrutarlas. La localidad de Supai está situada a tan sólo 2,5 kilómetros de las Cataratas Havasu, justo en la reserva india de los Havasupai. Para llegar a esta población hay que desplazarse mediante medios de transporte alternativos, como un helicóptero o a caballo. Una experiencia vibrante para descubrir el espíritu más aventurero del oeste americano.
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